sábado, 8 de enero de 2011

UNA TAZA DE TÉ

Como un perfume desconocido
me habitas, huelo el azahar
que utilizaste para tu té.
Y me transformo en la taza
donde bebes y apoyas tus labios.
Y doy a tu brazo la extensión justa
para que puedas asir
la taza, mi cuerpo y mi alma
Y me cargo la inocencia
para que puedas seguir conquistando mundos
Y en ellos engendrar los versos
escritos por una pluma alada
Descifro uno a uno los misterios
de un corazón abierto
al mundo imitando
una bahía donde el horizonte es el límite
Y ese horizonte sabe que no tiene límites
pero es el lugar donde
tu y yo hemos decidido habitar
Carne y sangre de una misma vena
eternidad y muerte en cada palabra
Y los azahares que ya no están
solo dejaron un recuerdo en tus labios
y al final de mi brazo
Solo espero la próxima primavera
para buscar en lo oculto del hueco de cada ladrillo
la eternidad que habitamos y ese perfume
que bebiste de la extensión de mi ser.

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