lunes, 28 de febrero de 2011

EL BARCO


Un olor irremediable a muerte surca el aire marino
Las baldosas caminan una a una
las torturas de los desvalidos
Amanece, otro tiempo, otras guerras que no vencimos
Los dolores se destilan
Ya nada duele en el pecho
La muerte no vence al destino,
somos los hombres
Quienes dejamos sus fichas en el tablero
Ella juega, ella gana.
Otras dársenas darán abrigo a tus manos
El barco que ha navegado tantos siglos
Sin un puerto,
Hoy yace en medio del aliento
de tantos muertos a medias
tantos otros agitando el sollozo
sin gemidos, casi sin ruido.
Dejemos que bajen las almas que no han partido
Dejemos que calmen sus muertos en cada orilla
Cada costado del vacío.
Será otro momento, otra ola de vencidos
Deshilar una por una las formas
De la palabra, su intensidad y su caos.


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