lunes, 21 de febrero de 2011

TREN A DESTIEMPO

He preservado el silencio ante el silencio. He dejado que trace su camino siguiendo las fases de una luna que aumenta su rostro cada día. Y el mudo andar del amor ha crecido como la elipse que ha desplegado en su recorrido el astro que nos ha visto vagar en las noches buscándolo. Escucho palabras que hablan de un viaje, tu viaje. Y aunque la nostalgia me deje exhausta  y la exigencia me atormente, no pronuncio tu nombre.
Ni siquiera puedo adivinar mi pensamiento, me miro al espejo y agrego solo amor al amor. Y no intento detenerme a pensar en las cosas importantes, las otras, las que coexisten con tu realidad en mis sueños. Y me doy cuenta que el tiempo se volvió insuficiente pero ignoro que hacer con el, miro como los ciegos impulsada hacia algún lugar y siempre acabo mirando tus ojos, y pregunto si ese tren que has tomado y que te llevará a algún lugar deseado, alguna vez pasó por mi estación. Y resulta que esto es demasiado amor y la ausencia llega al límite exagerado de una vaga sensación parecida a la pena de no poder estrechar tu rostro perdiéndome en el. Y recuerdo el temblor ante tu presencia, y veo a Penélope en esa estación esperando nuevamente entre las sombras y morir mirando un cielo ya sin luna.
Y te sigo amando, eternamente.
 

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