viernes, 31 de diciembre de 2010

NUEVO MUNDO

Correr, correr de ti, hacia ti
huir de la vida, salvándola.
Hoy digo tu nombre
y solo es recuerdo, gratitud,
infinito.
Descubriste el cielo para mi.
Siempre encontraré un rostro,
un perfume, un verso
y la eterna comprensión
de saber que escapar
era imposible.
De la misma forma que huía
te adherías a mi piel eternamente.
Donde alcanzó tu flecha
ya la piel no es indiferente.
Ahí tu camino encontró el desvío del mío
ahí exactamente el frenesí desordenó mi vida.
Eludo, niego, me dejo,
mi llanura interior
está llena de contradicciones.
El viejo mundo es el nuevo mundo 
y sin embargo me anuncian
el sin sentido del sentido.
Condeno sin saberlo tus palabras
me obligan a abrirme 
venerándote y el mensaje no llega.
Saboreo el dulce del instante actual
me entrego a los designios
y a las lágrimas que purifican el camino.
El presente está desierto, mi casa te aguarda.

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