miércoles, 8 de diciembre de 2010

PARIENDO LUNAS

Voz sangrienta, entrecortada
lágrimas en cámara lenta
cayendo al vacío , sin rozar la piel,
ni siquiera la razón.
Ansía gritar, gritar
hasta enmudecer
su aliento brailliano.
No sabe hundir los sentidos marcados,
le pide, casi rogándole
que empuje su voz,
que no maldiga el amuleto
del sortilegio.
Nostálgica memoria enrarecida
inventando miles de reflejos
color blanco gaviota sin alas,
persiguiendo estelas
orillando océanos.
Respirará su piel en el aire,
crecerá su locura
interminablemente,
preñará a la luna
mientras pare cálidas noches
de un Noviembre.
La membrana lunaica
se ha desprendido de la crisálida,
le pide que no brille
que sea vela y no alumbre,
que sea fuego y no queme,
que sea orgasmo y no aúlle.
El sabrá que ningún navío
será como un libro para transportarla.
No habrá caballos de madera
no habrá engaños, como pócima
de su poesía ardiente.
Lo soñaría con los ojos abiertos
surcaría su sombra
y bastaría tenerlo,
sabiendo, solo sabiendo
que lo espeso de sus lágrimas
no podrían engañar
ni aún muriendo.



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